El balón

Main Suaza Vargas

Al comienzo de la cuarentena algunas personas muy serias y con aire recriminador escribieron en las redes sociales: ¿si ven que se puede vivir sin futbol?. Yo a eso respondo que claro que se puede vivir, pero yo no quiero hacerlo. Entonces decidí irme al pasado a ver   en video   algunos momentos mágicos del juego. Vi a Pele jugar con esa hermandad entre la pelota, sus pies, su corazón y su cabeza y todavía me emociono. Apecha el balón, lo suelta, le dice que lo espere que ya viene por él, lo recoge y siguen juntos en su camino a la portería, a ese punto intermedio entre la gloria o el dolor que es el gol.

Tambien recordé cuando vi en el estadio Atanasio Girardot a Garrincha, mi admirado Garrincha, ese jugador chueco que tenía la columna vertebral y los pies torcidos y una pierna seis centímetros más larga que la otra. Aquel al que un médico le diagnosticó que nunca podría practicar ningún deporte. Y mírenlo después cómo, desafiando el equilibrio, fue el dolor de cabeza de los defensas porque ¿quién puede atajar a alguien que va para todos los lugares a la vez?

Amo el futbol. Amo esa sensación de ver un resorte humano con 22 cabezas y 44 pies que se estira y se encoge, va para el oriente o el occidente.  Ese deleite del cuerpo que los comerciantes convirtieron en un negocio. Esa realidad entre paréntesis en la que creemos que estamos fuera del espacio y del tiempo. Ese mundo alterno en que las opciones están cerradas. Juegas, pierdes o empatas, pero lo apasionante es ver como se llega a ello.

Hoy 23 de octubre del 2020 cumple 80 años Pelé, quien nació bajo el signo de escorpio, para beneficio del homo ludens y el mío propio.

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